viernes, 16 de octubre de 2009

¿Por qué no alemán?

Pregunto yo respecto a la posibilidad de aprender la lengua alemana en el IES o en la EOI y quiero dar la respuesta.
No cabe la menor duda de que los alemanes son uno de los colectivos extranjeros que crean muchos puestos de trabajo en España, son “Arbeitgeber” (dadores de trabajo) como se suele nominar los patrones en alemán; aquí no me refiero solamente al hecho de que muchas empresas del país de la invención del sistema de reciclaje de los residuos tengan una sede en España sino también a la circunstancia de que cada año haya más de 20 millones de turistas de los países germano-parlantes que llegan a España, no sólo a los litorales sino también a otros lugares; de estos unos 400 mil van a la región Madrid, para destacar la importancia económica del aprendizaje de esta lengua.
Aparte de esto el idioma alemán es el más bonito del mundo; algo que la Academia del Premio Nobel ya ha apreciado dos veces en este todavía joven milenio con el otorgamiento del premio de literatura a autoras que escriben en alemán, a la austriaca Elfriede Jelinek (2004) y a la rumano-alemana Herta Müller (2009), sin olvidar el premio para Günter Grass (1999).
Vale, no quiero “cantar la vieja canción” (Frase hecha alemana), es decir, volver a la misma canción del pueblo de los poetas y pensadores, pero es verdad.
Aunque sea cierto que cada lengua tiene sus obstáculos, pienso, por ejemplo, en el uso del subjuntivo, que es más sencillo en Alemán que en Español con su sistema exorbitante de oraciones substantivas y subordinadas, estoy convencido de que estudiar alemán es menos complicado de lo que la gente piensa.
Para concluir este texto quiero mencionar uno de mis poemas favoritos que es de Heinrich Heine (1797-1856) del año 1824 sobre la seducción por una sirena:


Das Loreleylied


Ich weiß nicht was soll es bedeuten

Daß ich so traurig bin;

Ein Märchen aus alten Zeiten,

Das kommt mir nicht aus dem Sinn.



Die schönste Jungfrau sitzet

Dort oben wunderbar,

Ihr goldenes Geschmeide blitzet,

Sie kämmt ihr goldenes Haar.



Den Schiffer, im kleinen Schiffe,

Ergreift es mit wildem Weh;

Er schaut nicht die Felsenriffe,

Er schaut nur hinauf in die Höh´.



Die Luft ist kühl und es dunkelt,

Und ruhig fließt der Rhein;

Der Gipfel des Berges funkelt

Im Abendsonnenschein.



Sie kämmt es mit goldenem Kamme

Und singt ein Lied dabey;

Das hat eine wundersame,

Gewaltige Melodei.



Ich glaube, die Wellen verschlingen

Am Ende Schiffer und Kahn;

Und das hat mit ihrem Singen

Die Lore-Ley getan.