En general se puede decir que se vive bien en Alemania y normalmente no hay que preocuparse por la democracia en este país, aunque tengo que confesar que ya no vivo desde hace muchos años en la República Federal de Alemania, como se llama el estado correctamente de lo que quiero escribir.
No obstante, una amiga me ha contado últimamente unas historias que me preocupan. Mi amiga, que es una mujer correcta, honesta y buena, tiene que enfrentarse a una situación que es bastante absurda. La gusta vivir de forma sencilla, lo que incluye que vive sin radio, sin televisión y sin Internet. Parece que esta forma de vida no les gusta a los canales públicos, que se llaman ARD, ZDF y Deutschlandradio, porque estas emisoras han amenazado a mi amiga con el cárcel, si no va a pagar una cuota mensual por un servicio que no quiere. Aquí tengo que explicar a los españoles que no es nuevo en Alemania que sus ciudadanos pagan por los canales públicos (en España es gratis porque se financia los canales como tve1 o telemadrid a través de los impuestos). Pero hasta ahorra la situación era así que solamente las personas, que querían ver la televisión o oír la radio, estaban obligados a financiar un sistema increíblemente burocrático y costoso de canales públicos. Desde el año 2013 han cambiado las leyes, que arreglan esta situación, con el propósito de que los hogares tienen que pagar la cuota mensual. Ya esto es algo absurdo porque un hogar no puede pagar dinero.
En la actualidad mi amiga se ha salvado de la cárcel con un apagamiento con la salvedad de que el Tribunal Constitucional Federal de Alemania (Bundesverfassungsgericht) en Karlsruhe y el Tribunal Europeo en Strasbourg confirmen la interpretación del nuevo ley por los canales públicos que también las personas, que no quieren televisión y radio, están obligado a pagar por sus servicios. Ya hay casi 10 mil demandas contra esta ley. Los tribunales alemanes han rechazado la mayoría de estas hasta ahorra con argumentos absurdos o no justificados. En algunas sentencias los jueces insultan y difamen incluso a las personas que son como mi amiga. En una sentencia del Tribunal Federal de Administración del 18 de marzo de 2016 (cfr. numero de expediente: BVerwG 6 C 6.15), por ejemplo, los jueces dicen que personas como mi amiga son “das kleine Übel” (el mal pequeño). Por lo tanto estoy muy preocupado por mi amiga, porque sé que no va a pagar otras cuotas en el futuro. Me ha dicho que ha perdido completamente la confianza en los tribunales alemanes leyendo estos insultos y los argumentos absurdos. He leído también algunas de estas sentencias, que tienen pinta, para mí, de ser sentencias políticas.
Ya hay los primeros mártires que se dejen encerrar para protestar contra la injusticia. Nadie sabe cuantos seres humanes pasan por este camino. Se calcula que existen unos dos millones hogares en Alemania sin el uso ni del radio ni de la televisión, por lo que se puede temer que sean muchos. El caso más famoso es el de la señora Sieglinde Baumert, que ha pasado 61 días en el cárcel de Chemnitz. Según un informe del periódico “Die Welt” del 11 de abril de 2016, se negó firmar una declaración, por lo que fue encarcelado para obligarla de firmar esta declaración que no quería firmar. No había un proceso ordinario anteriormente o la posibilidad de defenderse legalmente ante un tribunal. Esto ha ocurrido este año en Alemania y todavía no lo puedo creer.
En Internet existe algo como un livestream de los canales públicos alemanes, que podéis ver. Por eso os pregunto, si valen la pena estos canales, que se encarcelan seres humanos por la financiación de ellos. Podéis buscar bajo los siguientes nombres: WDR, ARD, ZDF, MDR, NDR, KIKA, Bayern3 y mucho más (unos 23 canales que nadie quiere ver en Alemania).